miércoles, 15 de mayo de 2013
Derechos colectivos
Todos
los individuos para poder desarrollarse correctamente deben satisfacer una
serie de necesidades y, cuando su situación económica no se lo permite, es
responsabilidad de los Estados solventar dichas carencias, a fin de promover el
desarrollo de una comunidad con igualdad de oportunidades y condiciones. Sin
embargo, sólo se queda en teoría, ya que basta mirar nuestro alrededor para
encontrar desigualdad, frustración, desamparo, pobreza y por supuesto la
constante violación de los derechos sociales de individuos.
En
el ánimo de las personas el creciente desempleo repercute en los ingresos
familiares, y en su sentir, existe una
enorme desigualdad entre el ingreso y la riqueza, entre las condiciones de vida
que prevalecen en el campo y la ciudad, entre regiones y entre actividades
productivas; de tal manera que es
desigual la organización política y social, así como el acceso a la recreación
y la cultura.
Esta
situación que históricamente ha marcado a cada uno de los municipios que
conforman al país, desde los inicios de la formación nacional, la economía, la
política y la cultura han sido un conjunto de desigualdades que separan al país
de un desarrollo nacional y social
consistente y pleno.
Un
marcado ejemplo lo observamos en los inicios de Derecho del Trabajo, donde el
trabajador para defender sus derechos tuvo necesidad de asociarse y es así como
esa asociación profesional, una vez estructurada entra a formar parte de los
medios naturales de defensa del trabajador, tendiente a otorgar una situación de
igualdad jurídica en las relaciones con su empleador.
El
derecho individual y el derecho colectivo del trabajo, se conjugan con el fin
de proteger al trabajador, corrigiendo la situación de inferioridad en que se
encuentra el mismo, ambos derechos tienden a hacer efectivo el principio de
justicia social.
Del
mismo modo sería la materia pendiente del Estado combatir cada una de las
deficiencias que no permiten el pleno goce de los derechos colectivos para lo
cual se requiere de una nueva estrategia de desarrollo cuya premisa fundamental
sea la decisión política de satisfacer, en un plazo urgente, las necesidades
esenciales de toda la población.
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